Para entender la abrupta caída en la popularidad de Fernando Lugo, sólo basta percatarse de algunos de sus gestos. Por ejemplo, el hecho de que viaje con frondosa comitiva a Europa mientras en Paraguay muchos pasan hambre, incluídos los hijos que no tiene el coraje de reconocer.
El presidente Fernando Lugo está disfrutando de su viaje número 35 desde que fue electo presidente de la República el 20 de abril del 2008. Esta vez, su destino fue Roma, Italia –considerada una de las cunas de la civilización occidental– donde se lleva a cabo la Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria organizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO - por sus siglas en inglés).
Para ña Sara Servián, quien dirige un comedor social en Tablada, un barrio periférico de Asunción, los cerca de G. 300 millones que el Gobierno usa para 5 días de viaje a Europa significa desayuno para 180 y almuerzo para 300 niños durante 372 días. Servián señaló que diariamente gasta unos G. 800.000 en alimentos. “Es desesperante. Mientras nuestra gente araña para vivir, ellos tienen el tupé de llevar una vida de primer mundo. Hay hambre aquí, pero eso a las autoridades no les importa”, señaló.
TODO UN RECORD EN VIAJES DE PLACER
Para desmentir a los críticos que afirman que sólo se pasa viajando al exterior, Fernando Lugo también se dedica al turismo interno. El mismo se ha convertido en habitué del palacete del ex dictador Stroessner, en una paradisíaca isla sobre el río, y duplicó el presupuesto de la oficina de la primera dama, que hoy ocupa su hermana, quien también disfruta del turismo por estos días.
Lo cierto y concreto es que desde que fue electo, Lugo no para de viajar, y a juzgar por sus destinos y resultados, lo hace de puro placer. Con sus 27 viajes lleva recorridos nada menos que 213.812 kilómetros de distancia. Si se hace una comparación con la circunferencia del planeta tierra que tiene alrededor de 40.000 Km., se puede decir que el presidente Lugo ya recorrió el equivalente a 5 vueltas alrededor de la Tierra, en tan solo 365 días. Todo un récord.
Lo negativo es que la mayoría de sus periplos no tuvieron ninguna trascendencia ni resultado positivo para el pueblo paraguayo.
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